lunes, 15 de junio de 2015

A VECES PIENSO EN TI...

A veces pienso en ti...

En ocasiones aun pienso en ti, hoy ha sido una de esas mañanas cuando recuerdo el olor de tu cuerpo aun impregnado en mi recuerdo, tan fuertemente atado a mis recuerdos que puedo sentir el dulce, amargo, picante y vibrante olor de tu cuerpo, ese que despedías por las mañanas cuando recién salia el sol, cuando los primeros rayos del sol, entraban por la ventana, sin cortinas, porque a mi me gustaba mucho la luz en casa, poder meter mi nariz en tu cuerpo, acariciar tus brazos, tocar con mis piernas las tuyas, oler tu pelo, llenando mi imaginación de tu presencia, de los pensamientos, sueños que en tu cabeza se habían creado el día anterior, la noche que recién pasaba, habría los ojos solo un poco me gustaba esa primera luz, tenue, a penumbra, donde mis ojos se posaban en tu hermosa piel, y se paseaban por todo la habitación para repetidamente detenerme en ti, tus pies, manos, abdomen, esas partes descubiertas de tu cuerpo, que sin querer probocaban en mi una sonrisa, me sentía la persona mas afortunada del mundo por poder estar esos instantes a tu lado.

Cada vez que despierto temprano como hoy, donde la luz recién comienza juguetonamente a salir, de muchos lugares, pero sin un lugar fijo, nubes oscuras en un cielo azul, recuerdo de una noche lluviosa, me recuerdan el sonido de tu respiración, como poco o nada, ese sonido, me daba la tranquilidad que aun respirabas, caminar un poco por la casa a oscuras, paseándome tranquilamente por toda ella, sin pensar tan solo sintiendo la energía de la vida recorriendo mi cuerpo, mis pensamientos llegando y llendose, jugando conmigo de una manera extraña pero agradable, me gustaba sentarme en el sillón de la sala a veces en la madrugada horas antes de comenzar el día.

Sentir el peso de tu cuerpo junto al mio, sin tocarnos mas que los dedos de los pies, y sentir como recorría mi pierna hasta llegar a mi ombligo, esa sensación de conexion, saber que de alguna manera estábamos conectados, recuerdo pensar en nuestros latidos que de alguna manera parecían conectados, en un sonido parecido a una canción, una sinfonía de sonidos inundaban nuestra habitación, respiración, quejidos, suspiros, que se unían al movimiento de nuestros cuerpos que al dormir se acomodaban y se complementaban como en un baile cuya coreografía no estaba hecha, sino que surgía tan repentinamente, que sin despertar nos acomoda vamos girábamos, sentíamos lo que cada uno iba a hacer y era tan natural como estar allí en ese momento.


Y pensar no era necesario, tan solo seguir el instinto de manera tan caprichosa pero tan complementaria, reir recordando lo dicho en la cena, dar gracias por cada alimento compartido, el sentarnos a ver la televisión, sentados juntos, compartir risas y puntos de vista, inteligencia que hacia vibrar mi corazón y esperar con ansiedad nuestras platicas donde todo parecía encajar, a veces demasiado bien, pero era divertido poder estar con alguien tan culto, inteligente y de opiniones a veces tan contrarias pero complementarias, mas aun respetuosas, un verdadero agasajo intelectual, recorrer con mis manos los libros que leíste, recordar lo compartido de lo que aprendíamos, era como escuchar una magistral conferencia cada vez que me explicabas o me enseñabas algo, quizás lo mas divertido del mundo

Son recuerdos que en días como hoy cuando esta nublado vienen y se van tan repentinamente como llegaron, recuerdos de un aroma que se confunde con el aroma a tierra mojada, me hacer suspirar...

1 comentario:

MANUEL ZEPEDA dijo...

muy romantico