martes, 10 de marzo de 2015

LA SIMPLICIDAD DE LA FELICIDAD

LA SIMPLICIDAD DE LA FELICIDAD


En los instantes de la vida en los que nos sentimos mas felices, mas optimistas, alentados para realizar cualquier cosa, siempre nos desborda la duda de si nuestra felicidad sera permanente, si sera posible que aquello que nos hace felices en verdad podrá ser duradero. 


La felicidad nos es vendida como un estado, como una posesión, como una alternativa, como una meta, como una cura, como aquello por lo que hemos de luchar, esforzarnos, trabajar, en fin, de hace cualquier cosa para lograrlo, pero aunque reflexionando últimamente nos manejan la felicidad como una panacea, ese lugar donde todo sera perfecto, autentico, real, como si todo lo demás en realidad fuera polvo o una nada que no vale la pena ni verla ni tomarla en cuenta.


Quererse a uno mismo no basta para ser feliz, el tener éxito profesional, personal, tampoco, la pareja es la menos de las posibles respuestas a la felicidad, pareciera que dependiendo del punto de vista no podemos tener otra fuente de felicidad que nosotros mismos, porque lo verdaderamente valido es que la felicidad venga desde nuestro interior y se refleje a todo nuestro alrededor, como si fuésemos un sol que resplandece.

Pero verdaderamente como sabemos si ha llegado a nosotros, si preguntamos no esta, si no la sentimos tampoco esta, es decir que por alguna razón debemos tener la certeza de que lo que estamos viviendo en felicidad completa, plena, pero en verdad importa tanto la felicidad total, perfecta, etc. Pareciera que no hay o no debe de haber estados intermedios, periodos en los cuales uno se disfrute, se goce por el hecho de ser quienes somos, que debemos esperar a la meta o final para sabernos felices.


A veces es rico quedarse en cama, si esos 5 minutos en los que nos estiramos, retozamos, y alargamos eternamente cada segundo, sintiéndonos solos, completamente absortos en nuestras sensaciones, el tomarnos unos minutos extras para arreglar la mesa, el plato que vamos a degustar aunque sea jueves por la noche o el salir a caminar mientras nos ponemos a pensar en tonteras que vienen a nuestra mente sin sentir que estamos perdiendo el tiempo, y que estamos malgastando nuestra vida y capacidades.

Pareciera un salto de fe, el darnos la oportunidad de disfrutar las cosas simples de la vida, por triviales que les parezcan a las personas ajenas a nuestra mente, es por eso que la felicidad en realidad no viene en una cajita o en una botella o cualquier otro recipiente, sino en la manera en que vemos y disfrutamos nuestra vida cada día.

A veces pienso que al ir sentado en el autobús, al ver hacia afuera después de un día agotador, tedioso quizás, pero darme cuenta que puedo sentirme vivo, al respirar y admirar lo que hay a mi alrededor, al igual que en mi interior es una de las sensaciones de mas dicha y felicidad que he podido experimentar, es bueno compartir, experimentar, arriesgar, pero la simpleza también trae consigo la plenitud.

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