jueves, 2 de abril de 2015

ESPIRITUALIDAD...


ESPIRITUALIDAD...


 Quizás la mejor manera de comenzar seria haciendo una reflexión sobre nuestra vida y las cosas que realmente nos pertenecen, nuestro interior refleja los tesoros de nuestra alma pero como interpretamos a veces erróneamente espiritualidad con religiosidad, cosa distintas en ocasiones unidas, pero cada día mas dispares sobre todo entre las personas gay.

"El verdadero maestro #CircoMEGA"

 Al ser contrarios, o eso nos hacen crecer, a lo que Dios quiere de nosotros como su creación, nos segregan de casi todas las asociaciones religiosas, aunque últimamente hemos visto la apertura con la leyenda "Dios ama al pecador  y repudia el pecado", donde podemos estar dentro de estas instituciones solo si dejamos de pecar, es decir no nos piden dejar de ser gay, pero si de ejercerlo, es decir no podemos amarnos, ni vivir abiertamente como gay, posibilitando la aceptación si cumplen con dos requisitos, la castidad y la vida de contemplación.

 Pero creo que un buen número de personas gay, tenemos mas que una religión, una espiritualidad, es decir buscamos desarrollar esa parte inherente en el ser humano, donde se busca la trascendencia, y un algo mas, con nombres y realidades diferentes, buscamos desarrollar dentro de nosotros esa parte esencial del ser humano, y mas aun expresarla como parte de nuestra identidad como personas.

 Si es necesario o no las religiones en nuestra vida, pues es complicado decirlo, creo finalmente que todas son caminos para llegar a desarrollar nuestra espiritualidad, ese vinculo cercano que debemos desarrollar con Dios, pero no como una entidad separada de mi, sino como un todo que me lleva a descubrir lo mejor de mi, a desarrollar todas nuestras potencialidades desde la felicidad plena de esta espiritualidad.

 En cierta ocasión estaba yo en un templo católico, y estaba una mujer mayor, yo tendría 6 años en ese entonces, ella me pidió que junto con ella, les pidiera a Dios, la Virgen María y a los Santos que allí había por su hijo, uno a uno pasamos a pedirles en voz alta, en ese momento ella decía que si los dos pedíamos Dios nos escucharía mejor, yo lo hacia por ella, pues al verle los ojos, su mirada reflejaba esperanza, amor, creía verdaderamente que Dios ayudaría a su hijo, por eso creo que cada persona puede encontrar su manera particular de conectarse con Dios.


 Nosotros como gay, también tenemos que edificar esta parte, de la mejor manera que tengamos, pero como parte integral de nosotros, nos ayudara a ser mejores personas, ademas no necesitamos permiso o un lugar especial para hablar o encontrar a Dios, dicen que hay cosas que no se pueden ocultar o disimular, yo he encontrado que la presencia de una espiritualidad desarrollada, la presencia de Dios no se puede disimular pues se nota cuando el espíritu se encuentra en paz.



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