LEVANTÁNDOSE TARDE...
Y pensar que aquella mañana se levanto tan solo.. se había dado la oportunidad de dormirse un instante más, pero seria el cansancio o quizá el sueño que tan recurrente mente ha tenido los últimos días en el que caía lentamente, tan lentamente que en ocasiones tan solo era eso, caía, caía, caía, su psicólogo le había dicho que debían buscar en su inconsciente, en su pasado, en su niñez, aunque él pensaba que lo que pasaba era que algo le estaba molestando, que había algo en su vida que no andaba bien, pero cada vez que lo pensaba solo le dolía la cabeza, casi nunca tenia la posibilidad como aquella mañana de quedarse a retozar en la cama, de todas maneras ya no podía ir a trabajar, así que pensó en aprovechar esos momentos y hacer un momento de introspección personal intensa.
Cerrar los ojos, primer paso para cualquier meditación, pero al hacerlo comenzó nuevamente a tener sueño, sintiéndose
pesado, somnoliento, así que antes de que lo venciera el sueño, se incorporo, se estiro y miro su teléfono, mierda, si me dormí, son las 2 de la tarde, fue a la cocina, preparo algo, lo comió en las escaleras que llevaban en ese momento a su recamara, mientras se recargaba levantaba los pies, es tan pequeña esta casa, que ni siquiera se puede uno estirar en estas escaleras, al mirar los reflejos de la luz que entraba por varios lados, la oscuridad que había en otras partes, era, pensó, lo mas cercano a su imagen de un cerebro, un lugar con recovecos oscuros, claros, claroscuros, donde estaba todo guardado, a veces perdido, así que de cualquier manera todo estaba allí, así que imagino que su casa era su propio cerebro, pensó que estaría allí
esperando ser descubierto.
Pero querría ser encontrado, eso que ocasionaba sus sueños, querría salir a la luz, o solo querría que él se diera cuenta de algo, algo que quizás ya había pasado tanto tiempo que ya no era importante o relevante, pero si se estaba manifestando de aquella manera, pensó, debe ser importante ya es casi un año que se levanta cansado, de caer, de correr en la oscuridad, de tocar esa pared interminable donde por mas que busca esa puerta por donde entrar o salir, aun no lo sabe, pero quizás es lo mismo, que sera aquello tan fuerte que no puede calmarse y respetar su vida actual, pero no puede darse por vencido en estos momentos donde tiene la posibilidad de saber que es lo que pasa.
Por primera vez en meses estaba emocionado, con ganas, con deseos de conocer, no recordaba desde cuando no había sentido, creo fue en la universidad hace años justo antes de que le dijesen el resultado de su examen profesional, no sintió nada cuando le dieron su asignación a un cubículo en el edificio gubernamental de educación donde supervisa el material didáctico año tras año, de diferentes personas, es irónico que el soñaba en trasformar el mundo por medio de la educación, pensaba que la innovación de sus ideas, harían a los niños mejores ciudadanos, pero atrapado en aquel trabajo no podía mas que aceptar lo bueno y rechazar lo que era una basura, para después darse cuenta que se ponía en los libros lo que el jefe quería y no lo que convenía.
Miro al fondo en aquella mesita junto a su sillón de lectura, allí están mis recuerdos de la universidad aquellos momentos que estaban en las noches antes de los exámenes, el orgullo que sentía al ser el mejor promedio de su generación, pero también el esfuerzo que debía poner para seguir con ese ritmo, y por supuesto no dejarse ganar por Sofía, la otra, su rival, aquella que lo veía con desdén, pues se sentía superior, de cualquier manera nunca le gano a él, los reconocimientos en la pared de su sala daban fe de aquello, mejor promedio, mejor tesis, premios en trabajos presentados en diferentes partes, allí estaba también en un cuadro de color dorado, que en realidad era mas marco que contenido, su madre, esa mujer que le había dado la vida y que nunca se canso de darle lo mejor, aunque eso significaba tener que vender mas vacas de su herencia, él le había llevado la revista cuando le publicaron su primer y único articulo, su madre cuando vino a visitarlo le trajo ese enorme cuadro, desentonaba en toda la decoración, no por feo, sino por enorme, su casa era mas bien pequeña, modesta, aun le faltaba mucho trabajo, pero con lo que pagaba por ella no le quedaba mucho para arreglarla, pero se sentía muy orgulloso de ella, incluso era feliz en ella.
Pero no, no estaba ahí, eso que el buscaba, pues al repasar todo no sentía aquella intranquilidad que le daba vuelta en la cabeza todos los días, si cerraba los ojos quizás podría descubrir de donde venia ese sentimiento, era como el juego que de niño le gustaba "frió o caliente" donde se esconde un cinturón y los demás niños le decían esa frase dependiendo si se acercaba o se alejaba, alemán, como estará su amigo alemán, no porque fuese de ese país, sino por el apellido, no recordaba su nombre, pero si donde vivía, su casa era un gran lugar para esconderse y correr, tan rápido que sus risas aun resonaban en los potreros atrás de esa casa, pero no tampoco era esa época de donde venia esto.
Repaso toda la casa, espacio por espacio, el librero donde estaban los recuerdos de su abuelo que le leía todas las noches, la mesa donde estaba los recuerdos de sus primos, tíos, las interminables comidas donde había de todo, donde reía, y se ponía al día la historia familiar, los muertos, los nacimientos, los casamientos, los chismes, los secretos a voces, los logros, esa mesa tenia tantas historias, cuando su madre quiso tirar el comedor, porque su hermano le regalo uno de 12 sillas, el dijo que lo quería, lo arreglaría, costo mas traerlo desde allá que comprar uno nuevo, cuando fue el carpintero para hacer un presupuesto, le agradeció, lo despacho no imagino esa mesa mullida resanada y de color chocolate como le recomendaban, las sillas forradas, así que solo le puso un grueso cristal, martillo allí y allá, para reforzar mesa y sillas, pero aun recordaba los olores al estar sentado en esa mesa, tocarla le traía gratos recuerdos, es mas olía a mole
cuando comía en ella, aunque fuese un emparedado o una sopa instantánea, sabia mejor siempre comer en ella.
El dolor se intensifico cuando miro hacia arriba, siguió este sentimiento, he de ser masoquista, cada vez mas intenso, con la poca luz que había parecía que entraba a otro mundo cuando por fin llego se dio cuenta que estaba abajo de su cama, allí al fondo una caja, llena de tierra cuando la saco, era de unos zapatos, aunque forrada prolijamente, no tenia idea cuanto tiempo tenia allí abajo, pero contaba el polvo que mucho tiempo, años quizás, la sacudió, eran cartas, fotos, piedras, restos de flores, tallos en su mayoría, boletos, hasta un dulce que estaba reseco, una reliquia, pero allí al mover las cosas que dentro de la caja encontró algo que le llamo la atención un pequeño papel azul, doblado pródigamente, lo desdoblo con cuidado, y allí estaba, eso era lo que le daba las pesadillas, un pequeño papel, con un dibujo, de él mismo cuando tenia 5 años, volando en el cielo azul, libre entre las nubes, lo hizo cuando su padre murió, quería ir a pasear con el al cielo, pero lo mas importante fue que se dio cuenta de un pequeño feliz, una sonrisa por ir a encontrarse con alguien tan especial y querido como su padre.
Recordar a su padre, le recordó sus sueños, de infancia, juventud, todos ellos encaminados a cambiar al mundo, a hacerlo un lugar mejor, pero como cambiarlo, si el mismo había caído en la rutina de un trabajo cómodo, como cambiar eso, allí surgió el monstruo, su inseguridad, su miedo a no tener algo seguro de donde mantenerse, de perder todo aquello que había trabajado, y allí estaba la puerta que podía sacarlo o meterlo, salir al mundo a ser feliz, meterse a la monotonía diaria de una rutina burocrática, pero como cambiar de rumbo, como hacer que aquello que empezó a quemar su pecho saliera, se abrazo a sus piernas en el piso de su recamara mientras mil y una idea llegaban a su mente como un torrente que le ahogaba...
Abrir los ojos cuando se ha descansado de esa manera, da una sensación de totalidad, se tiene que respirar tan fuerte para que no se escape ese instante de revelación matinal, abrió la cortina, era bueno estar de vuelta de casa de su madre, bueno su casa, pues ahora la había hecho tan suya, que ya tenia olor, calidez y vida nueva, la suya, abrió su portátil, y comenzó a escribir, su segundo libro sobre educación y valores había tenido una gran aceptación, este nuevo prometía ser aun mejor, aun sin titulo pero acerca de la estimulación de la imaginación, perder, ganar, palabras que se vuelven un grillete, sonrió como en una hoja azul que dibujo hacia tanto tiempo, y que ahora colgaba frente a si, en un marco tan grande como media pared, sonrió y volvió a sentir el aire chocando en su cara cuando se atraviesan las nueves, pero mas sintió la libertada de esa sonrisa con ojos bien apretados y las manos bien abiertas...
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